sábado, 27 de abril de 2013

Con un poco de yeso...


La segunda clase de T.O. y Estrategias de Intervención se nos dividió en 2 grupos, la lista de 68 alumnos en números pares e impares, una buena manera de organizar no tan tradicionalmente un curso, como es típico que somos separados por apellido, me gustaría si compartir con mis compañeros “pares”, dando a entender de paso que soy parte del grupo de los impares.
Los impares acudimos a las salas de prácticos Tomás Moro, felizmente cerca, ya que almorzamos en la escuela y tenemos a un paso esta aula. No fue así la racha de los pares, que debían acudir al otro extremo de la universidad, a las salas de computación, frente los auditorios Mónica Suárez, bueno con esa trayecto bajaban las revoluciones del almuerzo.
A la llegada de la profesora Erna a la sala de prácticos, comenzamos los impares a tomar atención de las explicaciones que recibíamos por parte de la docente, pero había cierto ambiente de ansiedad, curiosidad, y varios sentimientos más, según nuestro programa nos tocaba el taller de máscaras, estábamos realmente deseosos de tener el yeso en nuestras manos y emprender la actividad lo antes posible, todo ello antes de una pequeña reflexión sobre para que es una máscara, para mí una máscara es eso que se antepone a nuestra persona, a nuestro ser ya sea buena o mala, está antes de llegar a la esencia, por lo tanto puede reflejar como rayitos de sol, lo que guardan las personas, sea felicidad, un rostro triste tal vez enfermo y cansado mas creo que no hay mejor verdad que admitir que aquella que esta recónditamente en un
individuo aquella que le destaca de manera única y especial. 




En el proceso de la elaboración de nuestras máscaras fue necesaria la asistencia de un compañero y es justo allí donde reflexioné algo, pude ser que nuestras máscaras, en cualquiera sea el sentido, las confeccionamos conforme a nuestra condición social, es decir nos es solo para nosotros hay más personas involucradas es ello… es para considerar. ¿Para qué tendría que usar una máscara?
Con los materiales dispuestos y listos para la acción comenzamos, nos aplicamos abundante vaselina en el rostro, para cuidar así del yeso que posteriormente aplicaríamos mientras mi compañera preparo mi rostro intenté especular el objetivo de la actividad, y aun me es engorroso.
Uno de los hechos que me dio para pensar fueron los papeles en mis ojos, idealmente debían permanecer cerrados, pero si los abría veo blanco, no veía nada en realidad, ¿Cómo sería una María Elena no vidente? Me costó hacer una relación que me dejara conforme, en el sentido de ponerme en ese caso y como me desenvolvería. Avanzada la elaboración de la máscara llegó un momento en que perdí la movilidad de mis labios y solo podía respirar sutilmente, sin siquiera poder reírme, incontrolable para mí.

Acabada mi mascara mi compañera se ubicó para que yo realizara las mismas operaciones que
ella realizó, ahora nuestras máscaras aguardan nuestro regreso hasta una próxima intervención.




jueves, 18 de abril de 2013

¿Qué quieres ser de grande María Elena?

A diferencia de otros jóvenes me resulto fácil y hasta espontáneo responder a esta pregunta, que si se analiza un poco más, se aprecia la trascendencia de mi respuesta.

Hace cuatro años decidí con una impresionante certidumbre ser terapeuta ocupacional, aventurándome a los misterios que guarda esta profesión, que luego de haber llegado al lugar que me abre las puertas, estoy procurando comprender desde el concepto más básico de esta carrera en el proceso de formación profesional junto con alrededor de 67 compañeros que por distintas razón  están allí también.
Uno de los ramos que más curiosidad causaba en nuestra innovada malla curricular era "Terapia Ocupacional y Estrategias de Intervención" el mismo que por varias razones nos costó 3 semanas, luego de iniciadas oficialmente las actividades académicas tanto a nivel de Facultad de Medicina como escuela de Terapia Ocupacional , en conocer y yo diría hasta entender...¿estrategias de intervención? No podía dejar de imaginar algo que fuera lúdico o tal vez más estereotipado  era confuso. No fue hasta cuando la T.O. Erna Navarrete se presentó ante nosotros y nos expuso a generalidades el ramo, que logramos tener una noción de que se trataba todo; escucharla fue como una inyección de ánimos y valor para llegar a ser lo que queremos, fue tan significativo para mí su expresar y sus palabras de satisfacción de lo que ella es y lo que nos quiere entregar a nosotros,  fue una grata invitación para iniciar con todas las energías esta constitución como futuros terapeutas.
La asignatura tiene un programa que como se nos dio a entender fue de mucho trabajo armarlo, está preparado y diseñado acorde a la innovación curricular, fue extraño que al momento de leer apareciera en una clase “máscaras” ¿Máscaras? Pensé en algo como una especie de metáfora, hasta que pasado un rato Ernita nos mencionó que sería necesaria una crema hidratante porque haríamos máscaras, las cosas comenzaban a perder y adquirir sentido…
Luego se nos entregó lápices  y una hoja, como primera actividad debíamos hacer un triángulo con 3 características únicas nuestras que nos identificaran y que fueran ligadas a nosotros, fue algo complicado eran 3 características positivas además de muy importantes, eran nuestra base de identidad, al meditar un poco la actividad seleccioné 3, las cuales compartí y expliqué a Ignacio O., con quien nunca había hablado antes, el porqué de mi triángulo y sus bases, tal como el me explico el suyo, resulto ser tan distinto a lo que esperaba, él me mostró que para una misma figura existen muchas bases y no muy similares a lo “común”.

Hecho eso, nos presentamos ante otros compañeros, fuimos así hasta armar un grupo extenso de más de 10 personas donde debimos crear una frase que a todos nos identificara, fue tan complejo que nuestro grupo decidió ser un como un churro de palta disperso, su significado ha quedado como un misterio entre nuestros compañeros al momento se exponerlo.
Ahora, ¡espero mucho de este curso!